La corrupción es uno de los problemas más graves que enfrentan las sociedades de todo el mundo. En Chile, según un informe de la Fiscalía Nacional Económica (FNE), se estima que la corrupción puede alcanzar un costo anual de hasta el 3% del Producto Interno Bruto (PIB). Además, la corrupción es un problema sistémico que afecta a diversos sectores, incluyendo la construcción, la salud y la educación.
La educación cívica se refiere a la enseñanza de los valores y habilidades necesarios para participar de manera efectiva en la vida pública. Entre estos valores se encuentran el respeto a las normas y la ley, la responsabilidad cívica, la tolerancia y la justicia. Además, la educación cívica también enseña habilidades como la resolución de conflictos y la toma de decisiones informadas.
Sin educación cívica, aumenta la corrupción
Se ha argumentado que una educación cívica deficiente es una de las principales razones por las que la corrupción se ha vuelto tan común en muchas sociedades. Los ciudadanos no están lo suficientemente informados sobre sus derechos y responsabilidades, lo que les hace más susceptibles a la manipulación por parte de los líderes corruptos y los funcionarios públicos deshonestos. También se ha demostrado que una educación cívica insuficiente puede llevar a la falta de confianza en las instituciones democráticas.
Por otro lado, una educación cívica adecuada puede ser una herramienta efectiva para combatir la corrupción. Los ciudadanos bien informados y comprometidos son más capaces de detectar y denunciar la corrupción y de exigir responsabilidades a los líderes políticos y funcionarios públicos. Además, una educación cívica adecuada puede ayudar a desarrollar una cultura de integridad y transparencia, donde la corrupción es menos tolerada y más fácilmente detectada.
En Chile, se han presentado varios casos de corrupción en el ámbito político que han afectado a partidos políticos de todas las tendencias. Uno de los más conocidos fue el caso Penta, donde se reveló un financiamiento ilegal de la política que involucró a importantes empresarios y políticos. También en 2020, se destapó un nuevo escándalo de corrupción que involucró a funcionarios públicos y empresas contratistas del Ministerio de Obras Públicas.
La percepción de corrupción en Chile ha aumentado en los últimos años, según la Encuesta Nacional Urbana de Seguridad Ciudadana (ENUSC) de 2019, que reveló que el 61,5% de los encuestados considera que la corrupción ha aumentado en los últimos tres años. Además, el Índice de Transparencia Municipal (ITM) de 2020, elaborado por el Consejo para la Transparencia, mostró que la transparencia en la gestión municipal en Chile sigue siendo un desafío, con un promedio nacional de 53,1 puntos en una escala de 0 a 100.
Estos datos muestran que la corrupción sigue siendo un problema importante en Chile, y que es necesario seguir trabajando en medidas preventivas y de combate a la corrupción.
Ahora queda nuevamente la pregunta:
¿Qué más debe suceder para que empecemos a actuar?
Saludos, de todo el Equipo Civicamente.